Como cada 8 de Marzo, año tras año, somos testigos de hipócritas
demostraciones de “reconocimiento de las mujeres en su día”. Flores, bombones,
hacerlas pasar un día “especial”; pero a estas Cenicientas siempre les llega la
medianoche, y vuelven a ser las madres, novias, hermanas, abuelas que se hacen
cargo de la tareas domésticas, obligadas a parir o a abortar clandestinamente,
explotadas sexualmente, receptoras de toda la violencia machista de este
sistema patriarcal.
Desde el Colectivo de Varones Antipatriarcales hace tiempo que decidimos
formar parte de la misma lucha que históricamente vienen llevando adelante las
organizaciones de mujeres. Lo hacemos problematizando nuestros roles de poder y
nuestros privilegios, siendo conscientes de que es una lucha cotidiana. Por eso
también salimos a la calle con ellas repudiando todas las formas de violencias
que, como varones, ejercemos hacia las mujeres, reflexionando sobre nuestras
prácticas y exigiendo al gobierno que desarrolle acciones claras y contundentes
para terminar con la opresión de género.
No ignoramos que la distribución de derechos es una cuestión de poder.
Entonces nos preguntarnos, quiénes ejercemos el poder sobre las mujeres,
negándoles la soberanía sobre sus cuerpos, entre tantas otras cosas. Este poder
es el que el feminismo ha sabido denunciar, y del que los varones nos debemos
hacer cargo.
Somos varones los que ocupamos lugares de poder: Jueces que condenan a
las mujeres por abortos clandestinos. Jueces cómplices de las Redes de Trata y
Explotación Sexual. Médicos violentos que maltratan a las mujeres que se
practicaron un aborto. Autoridades eclesiásticas que bregan en contra de los
derechos reproductivos, mientras encubren a sacerdotes pedófilos. Empresarios
de la publicidad que producen y fomentan imágenes misóginas sobre las mujeres.
También somos varones los que no nos hacemos cargo en situaciones de
embarazos no deseados. Somos varones los que inferiorizamos a nuestras
compañeras de trabajo. Somos varones los que seguimos relegando las tareas
domésticas a nuestras novias, madres y amigas. Y los que las cosificamos,
maltratamos y oprimimos.
Invitamos a todo aquél que se autodefina como varón, a comprometerse y
ponerle el cuerpo a la lucha contra el patriarcado para revertir toda forma de
desigualdad y de opresión hacia las mujeres. No es nuestro destino inexorable
ser los machos hegemónicos. Apostamos a descubrir colectivamente otras formas
de ser varones que impliquen la construcción de relaciones igualitarias con
nuestras compañeras, con otros varones y con todas las identidades de géneros.
También exigimos acciones claras, sin ambigüedades, por parte del
Estado, para desmantelar las redes de trata con fines de explotación sexual de
mujeres, niñas y adolescentes. La erradicación de la complicidad de la policía,
del Poder Judicial en todos sus estratos y condenas de por vida con
cumplimiento efectivo a los responsables de los secuestros y explotación a mujeres.
La soberanía de las mujeres sobre sus cuerpos es condición indispensable
para que realmente sean ellas quienes decidan sobre su sexualidad y proyectos
vitales. Este año, estaremos nuevamente en pie de lucha para lograr junto al
movimiento de mujeres el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Una Ley de
Aborto Legal no obliga a ninguna mujer a interrumpir un embarazo, pero su
penalización, si obliga a la maternidad a quien no desea ese proyecto. Mientras
no exista una Ley que garantice el acceso a la interrupción voluntaria del
embarazo en condiciones seguras, no habrá justicia social, autodeterminación ni
derechos de las humanas. Por eso seguimos exigiendo “Educación sexual para
decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para
no morir”.
Por eso hoy, 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras,
renovamos nuestro compromiso con “sus luchas”, siendo conscientes de que
nuestra crítica a las masculinidades reinantes es imperiosa para terminar ya
con la violencia hacia las mujeres. Año tras año cientos de ellas son
asesinadas por sus esposos, amantes, ex parejas y varones de su entorno. Por
eso, buscamos problematizar la concepción y práctica de que los cuerpos y vidas
de las mujeres están a disposición de la autoridad masculina. Nos hacemos eco
del grito “Ni un femicidio más. Basta de violencia hacia las mujeres”.
Es así que demandamos:
- Aparición con vida de todas las
mujeres secuestradas con fines de explotación sexual. No están perdidas, son
desaparecidas en democracia para ser prostituidas. Sin clientes, no hay trata.
Si sos cliente, sos prostituyente. Desmantelamiento de las redes de trata y
explotación sexual.
- Reglamentación y aplicación
urgente de la Ley contra toda forma de violencia hacia las mujeres con
políticas públicas de prevención y contención para todas las víctimas de
violencia. Condena pública para toda manifestación misógina en los medios
masivos de comunicación.
- Aprobación de la Ley de
Interrupción voluntaria del Embarazo. Educación sexual Integral para decidir,
anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Aborto seguro
y gratuito en los hospitales.
- Basta de precarizar a las
mujeres. Igual remuneración por igual trabajo. Contra toda la precarización de
la vida de las mujeres.
- Juicio y castigo para todos los
femicidas, encubridores y responsables políticos.
-No a la reforma reaccionaria del Código Civil, que
busca obstaculizar el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
-Separación de la Iglesia y el Estado.
- Aparición con vida de todas las mujeres
desaparecidas por las redes de trata. Justicia por Marita Verón, Sandra Ayala
Gamboa, Mariana Condorí, Natalia Gaitan, y tantas otras víctimas del
Patriarcado. El Machismo Mata.
- Basta de lesbotransfobia. Abajo el sistema heteronormativo
Ni Machos, Ni Fachos!
Colectivos de Varones Antipatriarcales
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