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sábado, 26 de mayo de 2012

Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres


El derecho a la salud sexual y reproductiva es la demanda básica e insustituible de millones de mujeres que, por motivos de desigualdad de género, clase y etnia, ha sido históricamente negada y obstaculizada.
América Latina debate una nueva perspectiva en el reconocimiento a los derechos de los humanos y las humanas. El encuentro en Costa Rica en 1987 sentó un precedente en la lucha de las mujeres por el acceso a sus derechos. En él agrupaciones feministas latinoamericanas,  acompañadas por  el Movimiento SALUD POR LOS PUEBLOS pudieron problematizar sus realidades y proclamar reclamos urgentes que atiendan su calidad de vida desde una perspectiva de derechos humanos.
El incumplimiento y la negación del derecho a la salud, y los altos índices de complejidades sin atención sanitaria fueron los principales puntos a considerar por las mujeres que participaron de este encuentro, el cual significó un llamado a la reflexión y lucha para todxs lxs que buscamos prácticas igualitarias de vida y desarrollo.
Los sistemas de salud de los gobiernos, y las propias instituciones estatales son obsoletas para dar respuestas eficientes a estos reclamos.  Muestran indisimuladamente posiciones políticas cuyos argumentos tiene como principal referencia las posturas de los movimientos anti-derechos (autoproclamados pro-vida), cuya participación en el contexto político y el debate ideológico busca imposibilitar cualquier discusión acerca del derecho a la salud de las mujeres y sus reclamos de autonomía.
Las instituciones del Estado y corporaciones médicas, farmacéuticas, la iglesia católica y las agrupaciones  anti-derechos pretenden continuar con condiciones de sometimiento sostenidas por dogmas morales que no hacen más que reproducir los pilares de este  sistema patriarcal y capitalista.
Poder abordar en un debate maduro que nos involucre a todxs como sujetxs de derechos las demandas básicas que reclaman las agrupaciones feministas - que están atendiendo los derechos de salud, como la implementaciones de políticas públicas enfocadas a la atención primaria de la salud, las políticas sociales, económicas y globales puedan ser atendidas de manera integral como respuesta urgente y fundamental a las mujeres del mundo.   
En este marco el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito forma parte de un debate contemporáneo en Latinoamérica. Otras experiencias ya han demostrado que la legalización del aborto no supone un aumento de las interrupciones de embarazo, aunque sí produce una reducción drástica de las muertes de mujeres. Este es el punto que los sectores anti-derechos buscan ocultar erigiéndose en defensores de la vida.
La doctrina que imponen estos grupos les otorga a las mujeres un rol pasivo respecto de estos reconocimientos sentenciándolas a la maternidad obligatoria. El intento de desafiar estos mandatos implicará la estigmatización e inclusive la muerte.
Mantener el carácter clandestino del aborto, aún para las que puedan acceder en forma segura, somete a las mujeres por igual a una política que las infantiliza y les niega el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos, despojándolas así de este derecho humano incuestionable. 

Porque el Derecho al Aborto no es sólo una cuestión de mujeres
La desigualdad de poder entre mujeres y varones es un condicionante de gran relevancia a la hora de que las mujeres puedan elegir cuidarse, por lo que no es sólo con información y acceso a los métodos anticonceptivos que se previene un embarazo no deseado, sino también fortaleciendo la autonomía de las mujeres, y desnaturalizando aquellas prácticas que nos ubican a los varones en un lugar de superioridad.
De todo el repertorio de prácticas desiguales que desplegamos en nuestras vidas, las prácticas sexuales masculinas  influyen considerablemente en la negación de la  igualdad entre los géneros. La vivencia de la sexualidad masculina como fuente de poder, competitiva y reducida a la genitalidad, se combina con una gran irresponsabilidad que se plasma en la creencia de que el cuidado corresponde al universo de las mujeres., y la idea de que las consecuencias de no cuidarse no afectan el cuerpo de los varones. Esta omnipotencia se traduce en prácticas de riesgo, y también de violencia.
Los varones debemos  involucrarnos en el reclamo por el derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La lucha desplegada durante décadas por las mujeres debe hacernos reflexionar acerca de aquellas prácticas sexistas que reproducen las desigualdades del sistema patriarcal.
Educacion sexual para decidir, aniconceptivos para no abortar, Aborto Legal para no morir.

Colectivo de Varones Antipatriarcales